La musicalidad de aquellas mujeres divinas es expresión del ser, manifestación superior del secreto ritmo de las cosas. El origen divino del canto y del mito, donde las sagradas mujeres otorgan el "don que eleva a los hombres por sobre todos los otros seres vivientes y lo acercan a lo divino".
El mito de la Musa ha pasado "de moda" entre nosotros; no obstante recuperamos su imagen y volvernos a tratarlo. Ella no tiene su igual en ninguna parte del mundo.
La Musa significa infinitamente mucho más. Ella es el canto mismo. En todo lugar donde se canta, el cantor humano, antes de elevar su voz, es un oyente; inclusive, es la diosa misma la que canta en su voz. Y por ese motivo el canto y la palabra tienen un significado como sólo la verdadera divinidad puede tenerlo: es la manifestación del ser de las cosas; esta manifestación es de naturaleza tal que sin el canto no se plenifica la obra de creación y el mundo no estaría completo.